jueves, 30 de junio de 2011

De vuelta a la casilla de salida

No sé ni por dónde empezar… bueno sí, que lo de las lecturas estimadas me parece un robo a mano armada… pero como decía M. Ende, esa es una historia que ya contaré en otro momento…

Hemos vuelto a la casilla de salida… como en la oca, pero nosotros directamente hemos caído en la casilla de la calavera… vuelta a empezar.

Por ejemplo hoy con el nuevo ayuntamiento… una bonita plaza de toros recientemente reformada pero que no consideraron en su momento dotar el desolladero con lo mínimo necesario… los toros se llevaban  a una planta de tratamiento y listo. Pues ahora no, el ayuntamiento quiere que se use el desolladero sin dotar… total, lo que pide sanidad es una chorrada, toda la vida se ha faenado el toro colgado de una rama de un árbol grande y ya… Perdone señor alcalde pero al igual que a su anterior no le dejamos, a usted tampoco… que quiere usar el desolladero de la plaza, sencillo, arréglelo y dótelo de lo necesario… que no quiere, lleve los toros a otro sitio y punto. Señorita, creo que no me entiende, soy el Alcalde y aquí se hace lo que yo digo. Pues nada, que el desfavorable ya está firmado y enviado… Joder, no me encuentro con paciencia para empezar de nuevo de cero con otro alcalde tocapelotas.

El otro nuevo alcalde del pueblo vecino… que quiere ir conmigo de inspección para ver los restaurantes del pueblo. ¿Cómorrrrrr? ¿A cander morrrrr? Pues empeñado…. lo siento señor alcalde, pero en mi trabajo debo mantener el celo profesional y mi inspección queda en el ámbito privado entre el inspector y el inspeccionado… si quiere, puede solicitar un informe sobre el estado sanitario del establecimiento por razones de censo de actividades municipales o por denuncias de los lugareños pero desde luego, no va a venir conmigo para ver la inspección. Nada, que hoy voy haciendo amigos…

Ya el acabose ha sido con un restaurante al que literalmente están dejando arruinar… parece que mientras saquen pasta para seguir comprando sus supercochazos y llevar una vidorra de vacaciones eternas, no importa que el sitio esté nadando en grasa y suciedad ni interesa hacer una reformita por ejemplo de sus baldosas rotas que tienen más años que mi madre (las que quedan que en los agujeros lo que hay es una capa negra untosa llena de grasa y restos resecos pegados que parecen masilla). Obviamente han despedido a todos los que llevaban 20 años allí trabajando y han contratado a “niños” a los que pagan cuatro duros. Se quejan de que ya no va la gente como antes… jo, si es que la mierda se ve hasta en el comedor… si antes era habitual dar 300 comidas diarias, pero claro, si lo que quieres es ganar y ganar a base de escatimar en sueldos, en empleados y en mantenimiento y limpieza… llevo cuatro años copiando las inspecciones y añadiendo nuevas deficiencias cada vez… y llega uno de los socios,  “profesional sanitario” de esos que te llama compañera o colega cuando te ve por la calle y me espeta que no soy nadie para decirle nada sobre su establecimiento, que no tengo ni puta idea y que él estuvo 15 años haciendo inspección, que si fuera a mi despacho me sacaría un montón de mierda y que hay sitios peores que el suyo.

Pues nada, que el señor sabe mucho, que ha sido inspector… ya, de esos de dar favorable sin ir y sin ver cuando los tiempos de maricastaña… como “colega”  he supuesto que dominaba el tema pero por la cara que ponía… ya cuando le he preguntado que quién controlaba temperaturas y ha dicho “yo, por supuesto”, le he empezado con “como ya sabrás las temperaturas de tus cámaras no son las adecuadas”…  ha preguntado que cuáles debían ser… ole con el inspector…  como apunte curioso, supongo que para que haga espumita y desinfectar, he visto unos bidones de plástico de jabón industrial para lavadoras recortados para llenarlos de lechuga y tomates… eso es reciclar y lo demás tonterías…

Al final dice que no sabe para qué he vuelto si siempre le contamos la misma historia… que ya ha pagado la multa y entonces ya está todo acabado, que me vaya a otro sitio a dar la brasa ¿Perdona? Habrás pagado una multa pero no has solucionado nada y los problemas los sigues teniendo… coño si se ha caído un trozo de techo mientras hacía inspección… Le he dicho al jefe que por favor me apoye en la solicitud de cierre cautelar del establecimiento… al menos hasta que limpien… serán tan cafres de decir que sanidad les ha cerrado, pero lo habrán hecho ellos solitos… ya veremos…

pero qué mierda de día… de puente a puente y tiro porque se me lleva la corriente…

lunes, 27 de junio de 2011

En mi propio jugo

Tengo la sensación de que si me echo un poco de ajo y perejil por encima para darme un poco de sabor, cualquier caníbal estaría encantado de comerme a las tres de la tarde…

Me estoy haciendo mayor porque flipo con el calor en los campamentos de niños… de pequeña no recordaba esa chicharrina… claro que en estos días me compadezco de los panaderos y trabajadores de cocina.

Seguimos con los cambios y traspasos de bares y restaurantes, ahora abro una carnicería, ahora cierro el despacho de pan, ahora abren una pescadería, ahora cierran la otra carnicería… está la cosa bastante mal para los pequeños comercios minoristas. La verdad es que lo he sentido por algunos que conocía desde mis comienzos pero por ejemplo en un pueblo de 1400 habitantes que haya 4 carnicerías salchicherías y 1 carnicería es quizás demasiado y la que ha caído es la que no hacía elaboración.

A pesar de todo sigue habiendo gente arriesgándose a montar pequeñas empresas. Algunos vienen preguntando sobre instalaciones, manipulaciones y me siento obligada a recordarles que mantener según qué instalaciones y en algunos casos el cumplimiento de la norma en aspectos microbiológicos son gastos que deben tener en cuenta. No es por desanimarlos ni mucho menos, supongo que es por la  costumbre de mi madre de decirnos que “no es que tengas dinero para comprarlo, es que tienes que tener dinero para mantenerlo” y esa sentencia y otras del estilo parece que las tengo tatuadas en mi mente.

Espero que mañana no me encuentre que han cerrado otro sitio, salvo que se hayan ido de vacaciones para huir de este caloruzo. Para evadirme un poco de este calor, decidí leer un libro sobre un detective en Finlandia en pleno invierno (que mal hilado está esto pero hace demasiado calor para pensar). Me ha gustado bastante, quizás porque lo escribe un emigrante en Finlandia y consigue reflejar la sociedad finlandesa vista por un extranjero… La historia de detectives no es brillante pero me ha gustado la forma de enfrentar la forma de expresar los sentimientos entre los protagonistas y ese celo de la intimidad y el tratar de ser siempre políticamente correcto.

Me leeré el siguiente libro… aunque sea en mi imaginación ahora mismo los -40ºC me parece mejor que este calor… yo es que soy más de Invernalia…

martes, 21 de junio de 2011

El veranito, el veranito… poseída por el espíritu de Georgie Dann

Esta mañana han llamado para preguntar si en agosto estamos abiertos… me ha hecho gracia y me he imaginado la cara de algunos si les decimos que en agosto no curramos… estarían alegres y contentos como los niños que han acabado hoy el cole… claro que luego caerían en ¿y los mataderos?

La Rubia ha contado que una compañera suya ha regresado tras las vacaciones y que ha estado enferma… tras una boda… que si diarreas, que si vomitonas… no, no era resaca… ¿intoxicación alimentaria, quizás?

Hace unos días, siguiendo con el E.coli, unos niños franceses se intoxicaron por otra cepa de E.coli, parece ser que por consumo de hamburguesas con carne de vacuno.

Haciendo una visita a san google y su buscador encuentras algunas noticias de intoxicaciones recientes:

http://www.heraldo.es/noticias/huesca/unos_vecinos_tamarite_litera_sufren_una_intoxicacion_alimentaria_una_cena.html

 http://e-dyario.com/actualidad/2011/06/16/2-ninas-muertas-debido-a-intoxicacion-alimentaria-en-un-colegio/

http://noticias.terra.com.pe/internacional/unos-2000-presos-intoxicados-en-el-salvador-ya-estan-bien-segun-autoridades,be2799eda8ea0310VgnVCM4000009bf154d0RCRD.html

http://www.elmundo.es/elmundo/2011/06/04/internacional/1307217084.html

Un crucero Singapur-Vietnam con 100 afectados…

No es por ser alarmista, ni mucho menos, pero sigo pensando que hay más intoxicaciones alimentarias que las que realmente se comunican, ya que, por un poco de malestar y unas ligeras cagaleras ¿vamos a ir al centro de salud? Y si vas a un centro de salud pero otros van a distintos… ¿quién se entera?

Luego encuentro la siguiente noticia:

http://www.europapress.es/salud/salud-bienestar-00667/noticia-cis-casi-seis-cada-diez-espanoles-no-considera-probable-resultar-intoxicado-comer-alimentos-contaminados-20110609153407.html

Jo, yo soy del raro porcentaje que prefiere pensar que voy a intoxicarme con la comida que estar en medio de una catástrofe natural…

Si nos pusiéramos a recordar seguro que todos nosotros se ha puesto pachucho alguna vez por comer algo… y yo la primera y además por mi culpa: unas ricas hamburguesas de pollo del carnicero habitual que había congelado para traerlas de Zaragoza a Mordor en la neverita que me regaló mi madre, las descongelé y entre pitos y flautas no las cociné hasta tres días más tarde… qué sudores, qué retortijones… así que tal como dice el refrán en casa del herrero…

domingo, 19 de junio de 2011

Mi evolución “inspectoril”

Seguimos con esto de los inspectores… da para mucho pero no me hace  gracia hablar de esto porque no puedo dar soluciones y me da la sensación de que parezco una sobrada y una chula de mierda.

Personalmente si volviera a las inspecciones de hace 8, 7, 6 hasta 3 años atrás, las enfocaría de otra manera. En algunos sitios puede que fuese demasiado rigurosa y en otros me torearon de mala manera…

Hay deficiencias que detecté en ese momento que  hoy en día no dejarían de ser pequeñas no conformidades. Menos mal que tras mi trabajo hay un gran técnico que criba mis actas y que tiene las narices, la paciencia y la capacidad de hacerme críticas y decirme a las claras que el acta la echa para atrás porque no he definido bien la deficiencia, no queda clara o ¿realmente eso es la deficiencia o es la consecuencia de otra cosa? Me jode a veces… pero no por él sino por mí y me cabreo conmigo misma porque no he sido capaz de justificar algo que yo veo como una deficiencia importante y me toca repetir de nuevo el trabajo. Tengo dos cuadernos llenos de notas sobre cagadas de mis inspecciones y los consulto a menudo para no repetirlas.

En el comentario de la entrada anterior había unas referencias a unas deficiencias. En base a ellas puedo contar mi evolución inspectoril. Decía algo así como que le faltaba papel en uno de los varios dispensadores que tenía y que había un insectocutor con un tubo fundido.

En mis primeros años hubiese escrito esas deficiencias tal cual, pero sin pensar en sanción. Hubiera esperado que se corrigieran en la siguiente inspección y en la siguiente y así… más que nada porque la situación que me encontré a mis inicios en este destino, esas deficiencias hasta las hubiera obviado… me tocó luchar con cámaras apagadas llenas de carne, carnes clandestinas, sótanos usados como mataderos clandestinos, restaurantes sin lavavajillas o sin extractores en los fogones, plagas de cucas, cocinas que a la vez eran talleres de reparación… Territorio Apache, le llamaban algunos, pero claro, eso no lo sabía antes de llegar…

Unos años más tarde con tanto listo de despacho que elabora protocolos y procedimientos con el APPCC a lo bestia pidiendo chorradas como que en un bareto con el matrimonio currando se hiciera una supervisión ellos a sí mismos de si habían limpiado y tomaran medidas contra sí mismos en caso de detectar deficiencias… hubiera pedido registros de mantenimiento, de supervisión de mantenimiento, de incidencias… y si me apuras la copia del registro sanitario del fabricante del papel del dispensador. Salvo que esas deficiencias las hubiera detectado inspección tras inspección, tampoco pensaría en solicitar la tramitación de una sanción.

Ahora sería algo así: veo un tubo de un insectocutor fundido, aunque esperaría que antes ya me lo comentase el inspeccionado o incluso, dependiendo de la capacidad y entidad del establecimiento, que lo hubiera anotado en su registro de incidencias:

- Verás al entrar en la cocina que se me ha fundido un insectocutor. Ya he encargado el tubo pero hasta la semana que viene no lo traen.

- Vale, de acuerdo.- Lo anotaría como una no conformidad pero iría más allá. ¿Hay moscas? ¿Hay otras medidas para impedir la entrada de insectos? Si no hay moscas, las puertas están cerradas y la ventana que está abierta tiene mosquitera ¿dónde está la gran deficiencia? Si el objetivo de no tener insectos ya se cumple…

Otra cosa es que me encontrara moscas por doquier entrando por la puerta abierta que da justo donde están los contenedores de basura sucios y abiertos a las doce de la mañana en un día de julio,  pululando por el alimento en preparación, el menaje, los utensilios… y hubiera cacas de mosca por las paredes… Que el insectocutor esté fundido es una pijada… es que en el establecimiento no se toman medidas adecuadas para evitar la entrada y la permanencia de los insectos. Allí ya vería si propongo sanción o un apercibimiento a modo de “amenaza de si no lo solucionas, la próxima te multan” pero además volvería prontito para comprobar si se había corregido o no el tema de las moscas.

Lo mismo pasaría con el papel de secado de los dispensadores… ¿hay otros puntos de agua operativos y dotados o ese es el único? La clave es ¿se lavan las manos? ¿y con jabón? porque anda que no hay lavamanos megadotados con dispensadores de diseño pichiflús que siempre están secos y nunca ves a nadie usarlos y sí ves “limpiarse” las manos en el pantalón de trabajo, en el mandil o en los trapos…

También es cierto que no siempre puedes relativizar cuando estás en una inspección tensa o ante alguien que no para de hablar y no te deja concentrarte.

Creo que es bueno evolucionar en este trabajo y aprender continuamente. Esa mesa será de tal o cual material, me gustará más o menos y obviamente me gustará más una mesa de acero inoxidable, pero la que hay, ¿cumple su papel? ¿se puede limpiar y desinfectar sin problema? ¿se encuentra en buenas condiciones de mantenimiento? ¿no absorbe líquidos o grasa? Así deberíamos interpretar las normas pero eso lo da el tiempo y el aprendizaje y no siempre el inspector puede aprender (porque no siempre tiene alguien a quien consultar o no puede acceder a formación) y otros directamente creen saberlo todo y no necesitan aprender nada.

Me confundo y me confundiré en las inspecciones y más de una vez desvariaré pero creo que voy pasito a pasito por el camino bueno pero necesito tiempo para llegar a ser un inspector decente. En cuanto crea que he aprendido todo me habré convertido en una comepipas. Solamente espero, que si llega ese día, me dé cuenta y tenga la decencia de dejarlo.

Jo, en lo que no avanzo es en dejar de ser una rollera…

sábado, 18 de junio de 2011

La mala escuela

Después de leer algunos comentarios (me mola ver mensajes en las entradas) he recordado que hace un porrón de tiempo hablé de las distintas clases de inspectores, dividiéndolos entre vieja escuela y nueva escuela. Quizás no sea una clasificación correcta pero lo que está claro es que hay dos grandes vertientes en esto de la inspección: los que se preocupan y trabajan con mayor o menor acierto y criterio y los que pasan olímpicamente.

En los años que llevo trabajando he visto de todo. Inspectores supertrabajadores que a lo mejor no tienen mucha experiencia pero ponen mucha voluntad y se preparan las inspecciones pormenorizadamente para no meter la pata. Inspectores con unos conocimientos en microbiología y tecnología que flipas. Inspectores responsables con su trabajo con una capacidad de paciencia y mano izquierda envidiable… y como no, trepas, jetas, abusones, chulos y  comepipas.

Me creo que haya inspectores que van al bar y almuerzan gratis… porque lo he visto. Me creo que haya inspectores que hacen la compra gratis porque el carnicero donde la familia compra de siempre dice que uno de los veterinarios le va varios viernes al año a “tomar muestras” de ocho kilos de chorizo, diez de morcilla… y casualmente de cara a las navidades un par de ternascos. Desde luego entendería que a esos se les sancionara o expedientase (no voy a decir lo que pienso de estas personas porque los epítetos serían harto groseros)

Quiero creer que cada vez son los menos los que, con excusas como toda de muestras se llevan comida a casa o con excusas de inmovilizaciones se montan un banquete. De hacer esto solamente he sospechado de un tipo que hace poco pidió un traslado de su zona de trabajo porque tenía “problemas” con la gente de esos pueblos (el día que se marchó, sin fiesta de despedida de sus compañeros, su jefe estaba radiante y feliz como en años)

Quizás lo que veo ahora son “los acomodados”, que no quieren tensiones ni encabronamientos, bien por timidez, bien por pasividad o yo que sé… miran para otro lado para no ver deficiencias y supongo que no les gusta nada este trabajo… el problema aparece cuando otro compañero lo suple y se encuentra unos pastelones cojonudos. Bueno… y sigo recordando al comepipas…

Creo que la mayoría somos normales. Hacemos nuestro trabajo lo mejor que podemos y sabemos. Metemos la pata como todos y nos cabreamos de vez en cuando. Nuestros inicios laborales son dubitativos pero después vamos ganando en experiencia y cada día aprendemos algo. Creo que un buen inspector es el que conoce dónde falla (en conocimientos, en trato con la gente, en cómo enfocar la situación, en redacción de inspecciones…) y busca la manera de ir mejorando. Siempre hay algo que aprender y sobretodo, mantener la ilusión… cuando creamos que esto no sirve para nada será el momento de ir pensando en hacer otra cosa.

miércoles, 15 de junio de 2011

Salpica y chapotea, feliz en el agua…

De vez en cuando confieso que la tarareo- la culpa la tiene mi hermana pequeña a la que encantaba el pato ese. Hoy viene al pelo con el calor que hace y con las piscinas abriendo a toda prisa porque estaban con la historia de las elecciones y los cambios municipales y de repente se han acordado de que llega el verano y la piscina no está lista.

Si no era suficiente con el teléfono de la oficina sonando sin parar, los móviles tampoco han dejado tregua:

- No tengo socorrista, ¿puedo abrir?

- La piscina no está terminada, vamos, que sí está terminada  pero vamos que no tiene maquinaría… vamos que tiene las tuberías pero no tenemos la depuradora puesta… pero vamos, que no creo que eso sea inconveniente para este verano… (vamos, vamos o no vamos)

- Nadie ha querido concursar para hacerse cargo de la piscina pero los vecinos necesitan que la abra, ¿venís vosotros a mantenerla?

He flipado… de verdad… para algunos sería una suerte poder flipar sin drogas. Intento contestar con seriedad pero con algunas cosas me da como la vena macarra y tengo que controlarme… con lo de si iba ir yo a echar el cloro ya me lo he tomado a pitorreo, aunque pitorreo mental porque la chica que llamaba parecía decirlo en serio y no era plan de soltarle una burrada.

Otras eran normales y hasta uno de los campamentos de niños quería a toda costa que fuéramos a ver la piscina antes de llenar para comprobar que estaba todo correcto (reconozco que desde que me contaron una historia de un niño, su trasero y la rejilla de desagüe de la piscina, miro los anclajes de los desagües con especial atención- sea o no una leyenda urbana, aunque el año pasado casi tuvimos una dramón con otra rejilla en la que se le enganchó el pie)

De todas formas con la ley del libre acceso a las actividades de servicios y su ejercicio supuestamente los ayuntamientos se comprometen por escrito a tener socorrista, a tener botiquín, a mantener adecuadamente la piscina, así que, pueden abrir como quieran bajo su responsabilidad… Cuando vaya de inspección y me digan que el socorrista es el tipo que atiende el bar o el que está allí de cañas ya veremos…

Aunque como siempre algún petardo mentará a mi madre cuando pida por favor que salgan del agua porque los niveles de cloro están por las nubes o el alcalde montará en cólera cuando le recomiende que vacíe la piscina para que quite toda la selva de algas esa que se ha formado que no hay alguicida que pueda con ella… y como siempre, si no lo quieren hacer, no pasará nada porque los jefes no querrán encabronarse con los ayuntamientos.

Que cada cual haga lo que crea conveniente pero desde luego paso de pagar entrada para un baño en una piscina verde y limosa, que para eso ya está el pantano, al igual que paso de entrar a una piscina en la que desde el aparcamiento ya me pican los ojos por la lejía… si quiero “aventuras” prefiero una “piscina” natural de éstas (aunque a los dos segundos ya no sienta los pies):

lunes, 13 de junio de 2011

A Merino

Estaba escribiendo un comentario en la entrada de “Ya no cuela” contestando a Merino, pero me estaba saliendo tan largo que he optado por copiar el comentario a modo de entrada:

“Merino, espero que tu mujer se reponga rápido y se anime. Gracias por tu comentario en el blog. Me sirve para ver el otro lado y no perder el norte. Me gustaría contarte mi visión de lo que a veces es este trabajo y de lo complicado que nos resulta creer lo que nos dicen en las inspecciones.

En  primer lugar me gustaría dejar claro que jamás en una inspección aunque lo piense, digo que es un pozo de mierda o llamo a alguien guarro y mucho menos me río de la gente; ante todo hay que tener cierta educación a la hora de expresarse, aunque decir que algo está sucio es duro y difícil, tanto para el que lo dice como sobretodo para el que lo oye... Conozco más sinónimos y expresiones de suciedad que nadie y los utilizo a conciencia salvo con aquellos a los que les importa un pito lo que les diga; les diré que esa pared tiene manchas o que ese cuchillo tiene restos pegados o que el mandil está amarillento y con lamparones. Claro que de forma indirecta les estoy diciendo que son sucios pero jamás le diré a nadie “usted es un guarro”, al igual que no les digo es idiota o feo…

Otra cosa es lo que digo en el blog en el que suelto lo que me pasa por la cabeza y lo que he sentido y pensado durante mi trabajo… No soy una maniática de la limpieza (que se lo pregunten a mi madre) pero desde que vine a este destino he conocido lo que es ser sucio, dejado y guarro… y me da igual, salvo que tenga un establecimiento alimentario.

Yo cuento que esta señora lleva ocho años con las mismas deficiencias y no exagero porque tenemos el historial de inspecciones. Considero que hemos tenido más que paciencia y que me venda que su hijo está en estado vegetativo cuando yo lo conozco y le he visto hasta conducir un coche, me jode, así de simple, me jode que me mientan y que busquen esas excusas para hacerte quedar como una perra si les levantas un acta  para sanción.

No sé cómo será en tu ciudad ni la frecuencia de inspección de sanidad pero trabajamos con historiales y antecedentes. Salvo alguna excepción sé lo que me voy a encontrar en el restaurante stop, en el bar plaza, en la tasca de Jorge o en la pastelería Pepa.

Más de una vez me he vuelto de una carnicería, una pastelería,etc. sin hacer inspección porque les he creído cuando me han dicho que se habían ido corriendo a urgencias y habían dejado todo empantanado o que uno estaba ingresado o que se acababa de morir la abuela o que habían tenido un incendio en su casa. Les he dicho vale, lo siento, que se mejore o les he dado las condolencias y lo he dejado para la semana siguiente... todos tenemos accidentes y todos tenemos familia.

Otra cosa es cuando siempre que vas de inspección te cuentan una milonga; es como el cuento del pastor y los lobos, que tanta excusa al final no cuela… de hecho hay un sitio que ya no llevo ni la cuenta de abuelas y abuelos muertos y enterrados y como comprenderás mi posibilidad de creerles es nula cuando además su instalación es como un escenario de una peli de viernes 13.

Entiendo el sacrificio de ser autónomo porque lo he sido, adelantando dinero antes de cobrar y venga a pagar impuestos, proveedores, declaraciones trimestrales, seguridad social… trabajando sin horario y los fines de semana, siendo tu propio contable, tu propio empleado y tu propio jefe… fue una de las razones para no seguir con el negocio de la familia y embarcarme en oposiciones.  Que además vayan los de hacienda, los de trabajo, los de consumo y los de sanidad es ya la guinda.

Espero también que entiendas nuestro trabajo, que no es hacer caja como algunos creen. No es solamente la seguridad de los alimentos y la higiene alimentaria, es la profesionalidad y la calidad y ante todo el respeto a los consumidores. Yo me siento contenta porque una industria en la que comencé mis inspecciones ha pasado de ser la guarida de Drácula a vender por todo el mundo y me siento partícipe en ese logro aunque sea en una milésima parte siendo una pesada de la limpieza y de las manipulaciones. Me gusta ver que el restaurante que tenía tenedores que parecían cucharas (por los restos adheridos en los dientes) y que siempre tenía las temperaturas fatal ahora controla la limpieza y está concienciado con la calidad de sus productos y a pesar de la crisis aumenta su clientela… y en ambos ejemplos, sin tener que poner una sanción económica, pero siendo pesada hasta la saciedad… claro que en otros tantos sigo siendo para ellos la hija de puta que nos clava 300 euros cada vez que viene… (y me sigo preguntando, ¿no será más económico limpiar?)

Espero que entiendas que oímos tantas y tantas excusas y tantas mentiras que a veces no distinguimos la verdad, aunque esta vez te haya tocado la china. También espero que entiendas que en todos los trabajos hay personas más o menos cualificadas y más o menos simpáticas, eficientes o educadas y que todos tenemos un mal día en el trabajo y nos equivocamos.

A veces me comparo con la guardia civil… te pillan con exceso de velocidad y te multan… ya me preocuparé de que no me pillen una segunda vez. Con nosotros es algo parecido. Ningún establecimiento es perfecto y a veces te pillan con todo manga por hombro pero no creas que todos se preocupan de que no les pillen en otro renuncio.

Espero que esto no haya sido más que una mala experiencia y que en la siguiente inspección les quede claro a las inspectoras que eso fue un hecho circunstancial y que no es representativo del día a día de tus 38 años de trabajo.”

viernes, 10 de junio de 2011

Una castaña de viernes

Hoy ha sido un viernes de mierda. Hacía tiempo que nadie discutía en el despacho… hasta hoy. La verdad es que no recuerdo discusiones entre compañeros, salvo una hace como cuatro años en la que pegué un bufido a un veterinario por no querer turnarse y pringar en un matadero porque le costaba madrugar… como a todos, no te fastidia.

Siempre he dicho que cuando todo el mundo tiene trabajo y trabaja, no se tiene tiempo para discutir… Además, bastante discuten con nosotros durante las inspecciones. El detonante de la discusión ha sido que una que no quiere conducir muchos kilómetros piensa que como a su compañero de despacho le gusta conducir, no le importa hacer siempre las rutas más largas. Se veía venir, y aunque ya se lo había avisado a ella y hasta me había ofrecido a alargar mi ruta, el otro no ha querido. Claro que ellos ya tenían sus momentos tensos desde anteriores destinos y son perros viejos que ladran pero nunca acaban de morder.

Aun así, me ha jorobado y ya la mañana ha sido una mierda. Si lo dividimos equitativamente no economizamos en gasolina ni en kilómetros. Si lo hacemos con lógica, acaban pringando más los de siempre… Uno espera que la que siempre se lleva mejor reparto de vez en cuando haga la ruta más dura, pero es mejor hacerse un poco la sueca y si cuela, pues cuela… claro que ya parece que no va a colar más.

Es jorobado esto de dividir el trabajo teniendo en cuenta factores como los kilómetros, la mierda de carreteras y sus baches, intentar economizar combustible y para colmo llegar a la hora… siempre habrá alguien que se lleve el peor reparto, claro que eso debería turnarse… sencillo, no? pues parece ser que no.

Menos mal que ya es viernes por la tarde…

jueves, 9 de junio de 2011

Día soleado- moscas a porrillo

A este paso, casi prefiero los días de tormenta… voy a la embaladora de huevos y el trayecto desde el aparcamiento hasta la industria hay que ir con la boca cerradita y con gafas ya que pasas junto a las naves de gallinas y claro, las moscas se chocan contra ti. Bajar y subir al coche tiene que se batiendo records: carpeta y nevera entran a la vez que tú y la bata la tiras por donde puedes hacia el asiento de atrás. Si eres rápido solamente se te habrán colado 8-10 moscas… Luego es cuestión de bajar las ventanillas por la carretera y tratar que las moscas surferas abandonen el coche.

Vas a un bar con su terracita puesta y chof, moscas por doquier. No hay cosa que me dé más asco que ver pasearse a las moscas por las tazas y vasos supuestamente limpios. Es que entran, me dice el muchacho que acaba de coger el traspaso del minibar (que eso es un minibar por más que le haya puesto plancha y fogones, vamos, que mi bañera es más grande). Ya, ¿cómo no van a entrar si está todo abierto de par en par y tienes todo lleno de miguitas, comida, cascos vacíos de pepsi y demás? Las estás llamando a gritos.

Nada, que empieza mi lucha antimoscaril que seguirá hasta septiembre… Casi que desearía que cayese una tormentita… para variar, como llevamos las tres últimas semanas… tanto sol y calorcito no están hechos para mí… Soy más de Invernalia…

martes, 7 de junio de 2011

Días revueltos

Cinco de la tarde, momento en que La Rubia llega a comer (para que luego digan que los funcionarios de justicia no trabajan). Casi parece que esté a punto de anochecer con el tiempecito que nos está tocando. Ayer una mujer decía que ya no quedaba verano- un poco exagerada la señora.

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Los días andan revueltos, no solamente por los cotilleos sobre quién quitan, a quién ponen, quién se relame ya pensando en trepar o quién empieza ya  a hacer la pelota a otros porque tienen información “privilegiada”.

En un par de sitios que he ido de inspección me dicen que si levanto acta para que me paguen por lo bajo para romperla y así cobrar un sueldo que posiblemente no vaya a cobrar… Jajajaa… cobrar la nómina supongo que la cobraré, aunque sea más tarde de lo normal, ahora que está de moda decir que a los funcionarios no les van a pagar los sueldos, pero, si levanto un acta es con ánimo de levantarla y desde luego, parece mentira que tras ocho años pateándome algunos putos establecimientos, crean ahora que voy a poner la mano para… ¿cuántos euros? Creo que ya les gustaría pero va a ser que no. Lo siento pero creo que ni me vendería por volver a mi Zaragoza querida.

Claro que luego, te vienen al despacho para ver qué tienen que hacer porque les han abierto un expediente sancionador… algunos vienen hasta llorando… coño que ganas dan de decir eso de “llora como mujer lo que no supiste defender como hombre” pero me mirarían mal pensando que les llamo maricas y hasta alguna feminista acérrima pondría el grito en el cielo.

- Me ha llegado esta carta que no sé de qué es- y a veces te la traen hasta sin abrir… algunos por no leer (claro que también se suelen caracterizar por no limpiar, no arreglar, no desinfectar…)

- Se le comunica que se le abre expediente sancionador por esto, esto y esto. Aquí viene la referencia del acta en la que se basan para abrir el expediente, de la cual tiene copia y que tiene 15 días para hacer alegaciones.

- ¿Alegaciones? ¿Por escrito o te lo puedo decir a ti y me lo haces tú?

- Por escrito y yo no lo hago. Razone lo que considere que no es cierto, indique lo que se ha corregido desde entonces o lo que usted crea. Pero, tenga en cuenta que si dice que ha corregido algo, probablemente se solicite una inspección para comprobar que es cierto.

- Vale. 15 días, ¿no?

Y ¿qué pasa?, que en el 30% de las ocasiones se les pasa el plazo para alegar, en otro 60% alegan correcciones que en la inspección siguiente se comprueban que no son ciertas. El resto se reparte en los que pasan de alegar, de pagar y de todo, los que se agobian porque les has pillado en un renuncio casual, los que alegan verdades y se convierten en modélicos durante un lustro y los que directamente cierran el garito y se piran (supongo que porque tienen otros mil marrones)

Hoy uno ha venido al despacho a llorar… ¿y? con lo gallito que se me pone cuando le levantamos acta… claro que delante del público y clientela, vapulearte debe ser un gustazo… como dice mi tía Pili, espera pollo que aún no te pelan… Y en vez de reírme, como debería tras las mil y una veces que se le ha avisado de que o hace algo o le va a caer una multa, le he tratado con toda la educación que él jamás ha tenido conmigo…

Apuestas, ¿será de los que se les pasa el plazo o de los que alega mentiras?

jueves, 2 de junio de 2011

Junio y seguimos leyendo

Parece mentira que con solamente limpiar, pintar y quitar cachivaches inútiles una cocina parezca nueva y más grande. Ha sido el alegrón del día: encontrar a una lunática de la limpieza. La cosa parece que va de extremo a extremo, del guarro más absoluto a la desinfección extrema. Bueno, esta vez, salimos ganando.

Empezamos el mes poniendo a varios perros en observación… siempre que llega el buen tiempo (entre tormenta y tormenta) pasa lo mismo. Además comienzan los bares y terrazas de verano y claro, abren sin haber limpiado desde el otoño y hasta que entran a la marcha habrá pasado el verano y seguiremos en el bucle sin fin.

Ya han comenzado las vacaciones veraniegas para algunos y toca organizarnos la marcha para las piscinas, campamentos y repaso a áreas de servicio. Va a ser un mes movidito pero parece que lo empezamos con calma… y con averías, hoy, dos coches y un termómetro… éste último sin solución y eso que tenemos un experto soldador de cables que junto a la destripadora oficial de maquinicas, o sea yo, apañamos a lo McGiver muchos de nuestros aparatejos (casi con el kit de la foto) sin olvidar a nuestra zurcidora especializada en batas y nuestro siempre apañado Mr Pinzas de batería.

Después del buen rollo del bar limpio, me he vuelto a papelear… porque no quería acabar en uno grasiento en el que las comparaciones fueran odiosas. Total, siempre tengo papeles que hacer… parece que se reproducen más rápido que los Gremlins con el agua.

(Parece que mi entrada está saliendo un poco ochentera… venga, le dedico el Gremlin a mi hermana que jorobó la cinta de VHS de tanto ver la peli… y eso que lloraba desde el principio porque el tal Gizmo se volvía con el chino de la tienda… de verdad, qué suplicio de hermana)

Sigo con mis lecturas… por ahora no me convence una tal Gisa Klonne y sus novelas detectivescas con una pareja alemana… parece que estén de moda los polis con traumas por un padre difunto, un colega asesinado, traumas infantiles… bla, bla, bla… El que he leído, “Aguas heladas” me ha dejado tan fría como el título con historias paralelas que lo único que parece que hacen es engordar la novela para hacerla más larga… nada, que no me ha convencido la trama ni la forma en que desarrollaba la historia y los líos detectivescos… mucho antes de acabar ya sabes quién es el malo y eso no me mola nada… aunque se puede leer… le daré una oportunidad con otra novela…

El que no me ha convencido para nada es “Turno de noche” de Ramsey Campbell… ha sido de los pocos que he abandonado por aburrido, lento, pesado y tostón y eso que prometía con la historia de una librería en la que empiezan a pasar cosas raras… buag, infumable… claro que me tenía que haber dado cuenta en cuanto lo recomendaba una tal Poppy Z Brite de la que leí un libro (que para colmo compré y me costó una pasta) y que me pareció lo peor de lo que había leído en tiempos…

Otro día espero escribir de un libro que me enganche y que se integre a mi club de libros a releer…

miércoles, 1 de junio de 2011

Ya no cuela

A veces me toca hacer de mala…. según algunos, siempre hago y soy mala, así que me explico: en ocasiones parece que nos entra en síndrome de Estocolmo o algo así. Hacemos inspecciones en un sitio y terminamos “no viendo” o siendo demasiado flexibles porque conoces las historias personales de los inspeccionados, y se acaba abusando de estas situaciones particulares poniendo al inspector en una situación en la que parece un grandísimo hijo de puta por levantarles un acta de inspección. No es lógico intentar hacer una inspección y que la inspeccionada se te ponga a llorar por lo mismo que lleva llorando desde hace tres años mientras su establecimiento está cada día más guarro… así que, como jefa de los mindundis considero que me toca hacer de fría, calculadora y despiadada inspectora de sanidad (o algo así me dijeron el otro día añadiéndole algún epíteto poco cariñoso a mi madre y a mi familia)… en otras ocasiones soy yo la que pido a algún compañero que haga esa labor en alguno de los sitios que inspecciono.

Hoy me ha tocado uno de esos… una pescadería que forma parte de un entramado empresarial familiar que toca todos los pitos y que se hacen muy bien los suecos. La inspectora siempre cuenta que le resulta complicado poder hacer una inspección en condiciones porque la mujer se pone a llorar  en cuanto ella aparece, que se excusa en su situación familiar con un hijo que tuvo un accidente hace un montón de años  y con la historia de que se jubila pronto (que le quedan como diez años). Y así para no corregir nunca nada de nada, que digo yo, que viendo lo paciente que es la veterinaria, ya podría corregir algo para agradecer el favor que le brinda la inspectora…

Apenas había saludado y presentado cuando la mujer ya ha empezado: “es que yo no suelo estar, sabe usted, con mi hijo…”  Jo, para nunca estar trabajando, siempre está durante el horario de apertura de la pescadería. Y yo como si no supiera del hijo nada…. el típico y socorrido “ah”. Y yo a la inspección, china- chana… Miro hacia una pared asquerosa, ella me sigue la mirada y ya: “es que con el lumbago… me han hecho un “taz” y ahora me tengo que ir al médico y claro, voy a cerrar antes”.  Y yo, “claro, claro, la salud es lo importante” (cosa que pienso). 

Conforme iba preguntándole cosas y haciendo la inspección, ella intentaba volver a su tema. “Es que con lo que gastan los arcones congeladores, sabe usted, lo que me cuesta tener a alguien cuidando a mi hijo… ”; “Para qué voy a reparar esto si me voy a jubilar en unos años” … “No enchufo el agua caliente porque gasta el calentador y no sabe usted lo caro que es pagar a la chica que viene a limpiar”… Y empieza a coger el moquero que lleva en la pechera para soltar las lagrimitas… Puñetas…

Así que me ha tocado parecer una borde y recordarle que llevaba como siete inspecciones sin hacer caso a que el pescado debe estar expuesto con el etiquetado obligatorio, que lleva como diez inspecciones con el pescado sin hielo o que lleva otras tantas inspecciones sin lavar el pescado cuando realiza el eviscerado (y mucho menos limpiar los utensilios, la tabla de corte o sus manos con el esmalte descascarillado). Casi he cogido carrerilla para que luego se pusiera a llorar a gusto… pero no, ha cogido un soberano cabreo porque le he dicho esas cosas tan feas y que mejor venga la chica de siempre que le dice las cosas con cuidado porque sabe que está mal con lo de su hijo y que yo le he herido sus sentimientos…

…ya…  vale, asumo mi condición de zorra implacabe como la chica de House… pero no ha soltado ni una lagrimita…