San Valero ventolero y rosconero

Este año a pesar de estar en Mordor, tenemos roscón por San Valero (patrocinado por “padreamantísimo”)… y que bueno, oiga… de nata y crema de Melba (uno de los mejores obradores de Zaragoza). Sigo sin saber el por qué de la tradición de los roscones para festejar a este santo tartamudo patrón de Zaragoza… pero creo que se necesitan más fiestas que se celebren con roscón… para chuparse los dedos (literal)

Por lo demás… como siempre, hielo mañanero, despachos congelados, ordenadores “escacharrados” e inspecciones en las que ya no sabes qué intentar para que te entiendan (entender, entienden pero pasan de mover el culo).

Estoy cansada de decir y decir y repetirme más que el ajo que no se debe descongelar a temperatura ambiente, que no pongan a secar preparados cárnicos frescos y morcillas enganchados a la campana extractora de las cocinas para secarlos, que no reutilicen las cajas de huevos para poner verduras y hortalizas que dudo mucho que desinfecten (al menos por la cara de haba que me ponen) y lo de las puñeteras vitrinas expositoras ya es una batalla que me empieza a cabrear…

Que si quieres arroz, Catalina… si no consigo estas luchas tontas como para lograr que controlen a los proveedores, sus albaranes y demás. Ya no hablemos del agua y sus cloros cero, de las freidoras a toda mecha sin utilizarse, las neveras con las gomas podridas o las picadoras llenas de pegotes adheridos…

Brrrrrrr… tengo la sensación de estar atrapada en una inspección sin fin que se repite día tras día… Al menos hoy con roscón, ¿he dicho que está riquísimo? Bueno… estaba…