martes, 11 de diciembre de 2012

A cuestas con la estufa

Quiero pensar que, limitar tanto la calefacción de tal manera que no se caldee el puesto de trabajo, se hace para que nos mantengamos frescos y tersos cual lechuga… así nos olvidaremos de botox, retinoles y demás…

Es que si me pongo a divagar las razones para que, estando a -5ºC en la calle a las ocho de la mañana sea la hora que conecten la calefacción y no se superen los 13ºC en los despachos que tienen radiador (hay despachos sin radiador y que tratamos de calentar con una lámpara de las que se usaban en las granjas de pollos hace al menos treinta años) y que se apague a las doce y media cuando afuera seguimos rondando los 0ºC son de lo más rocambolescas… aunque a saber, a lo mejor alguna es la verdadera:

a) Quieren que pillemos un resfriado y cojamos todos la baja… treinta y tantas personas tres días sin cobrar nada por estar de baja, el ahorro es considerable (sueldo+ cierre de instalaciones)

b) A lo mejor quieren que luzcamos más nuestros abrigos y bufandas… mi compañera ayer no se lo quitó y yo hoy pensaba ponérmelo para ir al baño a hacer un pis.

c) Hace frío y descamisarse para que te ausculten no es plan, al igual que ir al fisio tampoco, que te pelas… pobres de las embarazadas que van a la matrona… menos pacientes, menos esperas, menos consultas, a lo mejor se recorta el servicio de algún especialista que va de centro en centro y  aún se pensarán apagar antes la calefacción.

d) Es que los del sintrom dan tanto por saco que sin calefacción a lo mejor no vienen tanto o tan pronto. Así no se desgastan las sillas de las salas de espera.

e) ¿Para qué tener las neveras de vacunas encendidas? Basta con dejar la caja de vacunas sobre la mesa o si me apuras en el alfeizar de la ventana.

De todas formas a mí me da en la nariz que el culpable de todo es el de la máquina de café, que hartito de que esos petardos de la planta de arriba siempre metan monedas de 5 céntimos… no puede haber tantas monedas de 5 céntimos en la comarca… seguro que espera que para calentarnos acabemos metiendo monedas de 50 céntimos… eso sí, calentamos las manos con el café de máquina pero acabaremos con los ojos como platos cual lechuzas.

Mientras, el contrabando, mercadeo y robo de estufas de despacho a despacho se está convirtiendo en el entretenimiento diario… nos lo tomaremos con humor y así vamos preparando el cuerpo para cuando ya directamente no pongan la calefacción y cuando en nuestras casas ponerla sea a elección entre calentarse o comer… tiempo al tiempo.

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