viernes, 12 de octubre de 2012

Entalto Artieda

He vuelto a casa abriéndome paso entre negros chaparrones. El cierzo se ha levantado esta mañana y me he dado un gran paseo con el perro por el parque grande, ahora llamado Labordeta. Como agasajo paterno, unos ricos churros comprados en el barrio de Las Fuentes… ni de coña me levanto, cojo el coche y me voy hasta allí…

Tengo una querida amiga de la facultad que vivió y trabajó en Artieda. Hizo de ese lugar su paraíso particular y cuando hablaba de sus aventuras y desventuras por esas tierras, transmitía siempre un gran sentimiento de cariño. Desde entonces, oír hablar del recrecimiento del pantano de Yesa  es pensar en ella y suponer que estará en cada protesta… así que cuando en el Facebook vi sus fotos contando que sus amigos, “su familia” como los llamó, eran azuzados por los antidisturbios cuando se plantaban ante las expropiaciones, quise hacer este pequeño homenaje a Artieda.

No me gustan los pueblos anegados de agua. No me gusta que aunque sea una población minúscula, se les obligue a abandonar sus tierras, sus labores o incluso se tengan que buscar la vida en otro lugar. Claro que todos queremos tener agua y que salga por los grifos de nuestras casas y que tenga calidad, pero no todo es inundar e inundar para llevar agua a otras partes. No todos vivimos en ciudades. No todos sabemos valorar la importancia de mantener la tierra, los pueblos y sus gentes. Se fomenta la construcción y la industrialización en zonas deficientes de agua, y ya pensaremos luego en un trasvase o en ampliar el volumen de uno u otro pantano.

No me gustan los pueblos inundados… en los que a veces asoma lo que queda de campanario o un trozo de pared de una casa. En un pueblo inundado una vez me encontré a un anciano que aprovechaba a visitar su casa cuando las aguas bajaban… resulta extraño ver a un señor mayor llorando a moco tendido y es una imagen que no he olvidado a pesar de que han pasado más de 15 años.

Me asusta el cariz que está tomando este país, cuando el gobierno manda a los antidisturbios a dar hostias como panes a la gente que protesta y defiende sus creencias de forma pacífica. Si son tres gatos, ¿de verdad era necesaria tanta “fuerza del orden”?

¡¡¡¡¡Artieda no rebla. Entalto Artieda!!!!!

Y un gran beso Marta “Fuina”.

1 comentario:

  1. Amiga!
    Gracias, gracias y gracias! Lloré de dolor esa mañana y se me han saltado las lágrimas al leerte... Qué razón tienes... esto está tomando un color gris tirando hacia negro. Derechos fundamentales a "tomar por culo" con perdón. Permíteme que comparta esta entrada. Me hago seguidora de tu blog, no desvelaré quién eres... ;-) Un millón de besos!
    Marta Fuina

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