domingo, 3 de junio de 2012

Instrucciones de uso

Leer un libro no consiste en únicamente abrir sus hojas o su pantalla y juntar palabras una tras otra. Leer un libro tiene su mecánica, sistema, procedimiento o liturgia. El fin es meterse en la historia que nos cuentan.

A veces seremos un testigo a la sombra; conocemos quién es el asesino o dónde se esconde el tesoro. En otras ocasiones nos pondremos en el papel de la víctima intentando transmitirle nuestras fuerzas para que aguante la persecución o en la pelea, animándole a que no desfallezca… Otras, las menos, lamentablemente para mi vena psicópata, seremos los verdugos, ejecutores despiadados e implacables.

Si no se consigue esto, no es leer… es dar vueltas al libro, de principio a fin y pasearlo hasta encajarlo de nuevo en una estantería.

Tuve la suerte de que me “enseñaron a leer”, recomendándome libros que fomentaran la imaginación y la ensoñación. Imaginarse mundos fantásticos, lugares postapocalípticos, fondos marinos con criaturas monstruosas, esquifes sorteando los arrecifes para llegar a la supuesta isla del tesoro, castillos con olor a pis y a col tratando de sobrevivir como un pobre vasallo, y hasta por qué no, pasando un rato estupendo con un tipo con un cuerpazo, que para colmo está locamente enamorado de ti…

Otra cosa que hay que tener en cuenta es el momento en que esas novelas fueron escritas, no es lo mismo un libro de 1820 que uno escrito en 2011, no es igual la ciencia ficción de 1917 a la de 1971 o la de 2007… o un libro de espías… me alucina la imaginación y la invención de esos primeros libros de ciencia ficción…

A veces necesitaré un sitio solitario, sobretodo si creo que me va a dar la llorera y como que sorberse los mocos delante de gente, apretujando un pañuelo, no es plan. Aunque, en verdad, depende de la capacidad de abstracción y concentración del lector… en mi caso, la práctica ha hecho que sea capaz de leer con la tele puesta, en un autobús, con personas hablando a mi alrededor… y a veces no soy ni consciente de que hablo, como si pudiera comunicarme con los personajes (es de psiquiatra, ¿no?). Dependiendo del libro, hasta lo ambiento musicalmente, no siempre, a veces… un combate contra orcos, un encontronazo entre ingleses y franceses, un desembarco vikingo, cañonazos en el mar entre españoles e ingleses, un ninja saltando de tejado en tejado, una batalla de magia… hasta el terror de ser encontrado en el escondrijo, la ansiedad de la sed, el dolor de los retortijones del hambre… lo que jamás ambiento musicalmente son los momentos de “subir el azúcar”…

Leer así a veces me agota, otras me cambia el humor con el que me levanté, me da por pensar tanto majaderías como cosas más serias, cambiar el menú que tenía pensado para hacer algo de lo que comían en mi libro, tener pesadillas o llorar por estar sensiblona.

A veces, cuando tienes una temporada de bajón de esas que te embarga la tristeza y la melancolía se hace dueña, un libro de esos que acaban mal a pesar de la lucha o del empeño por sobrevivir, tras la gran llorera y el sueño reparador hace que vuelvas a ser tú… O cuando estás cabrada contigo y el mundo, una batalla con las espadas sajando tendones, la arena absorbiendo la sangre y las moscas dándose un festín.. y desaparece tu mala baba.

Llevo una panzada de leer… hoy he empezado la novela 43 del año… dos capítulos desayunando y me he quedado con ganas de más, pero el perro y la escoba me esperaban…

No son recomendaciones, son solamente algunos de los libros que he leído este año… algunos me han encantado y otros me han defraudado porque los ponían por las nubes, pero para gustos…

3 comentarios:

  1. ¿Seguro que no te confundiste de profesión? Una biblioteca, una librería, una editorial... ¿Cuándo encuentras tiempo?

    Y tal como lo cuentas, da una envidia poder "leer" como tú... como si te comieras la historia.

    ResponderEliminar
  2. Lidia, en el fondo es la mejor manera de olvidar que estoy en Mordor... mi sueño sería tener el dinero suficiente para vivir y para montarme una librería en la que solamente vendiese libros que hubiera leído, con taller de lectura para niños y adultos, con exposiciones sobre gadgets y pintura relacionadas con los libros, con una minisala en la que exponer las pelis ambientadas en esos libros, con pelis, juegos, camisetas, moñacos, juegos de rol... vamos, un sueño imposible...

    ResponderEliminar
  3. Me alegra ver que sigues leyendo, que no has perdido el humor satírico en tus entradas, que sigues ganando seguidores y lo único que me apena es que esta mierda de crisis va a conseguir que un trabajo tan importante como el vuestro, con recortes tan importantes como cuentas, provoque una invasión zombie en forma de virus o bacteria alimentaria y mande a más de uno al otro barrio... o no, podría ser un ente selectivo que solo acabe con los guarros de Mordor, los trajeados maleducados y demás calaña.
    Perdona por la ida de olla (ya ves, no eres la única) y recibe un saludo desde el lado oscuro

    ResponderEliminar