jueves, 28 de junio de 2012

Denuncie lo que quiera pero no sea pesado

Empiezo a estar hartita de denuncias… no es por el hecho del tiempo que pierdo en recopilar información y datos, que los informes y recomendaciones que me curro (y mucho) me los corten y peguen para poner la firma de otro que no los hace, que gaste mis baterías y mi cámara de fotos… es el aguantar a algunos chalados, que deciden hacerte el blanco de sus quejas, chaladurías, llamadas interminables al teléfono, visitas inesperadas… que soy veterinaria, no psiquiatra…

No generalizo, que todavía soy capaz de discernir a los que se quejan con motivos de los que flipan en colores… ayer estuve de contenedores de basuras, y es cierto que apestaban, casi me hacen vomitar y los vecinos tenían toda la razón del mundo para protestar por el incumplimiento de la empresa de retirada de residuos sólidos urbanos: ni se recogían al día, ni en la vida del contenedor, se habían limpiado jamás… Unas moscazas, un olor, unas costras… vamos que el fondo tenía una capa de unos centímetros de restos revenidos de a saber cuántos años… eso sí, muchas basuras no se depositan en bolsas y manda narices que se sigan tirando llevando el cubo de casa, volcándolo en el contenedor y listo…

Pero hay otras denuncias que joooo-pelines… uno que quiere denunciar porque el bar de al lado le hace la competencia con menús más baratos que los suyos… que fíjate que no quiere acordar el precio conmigo… El otro que regala cervezas con los goles de la selección de futbol…

El que se lleva la palma es un tipo que debe estar todo el día presentando escritos que si a patrimonio, a medio ambiente, a cultura, sanidad… y que algún listo de la Consejería ha acabado derivándonos a nosotros, los mindundis de sanidad… menos mal que, previniendo (de prevenir) la situación, las gestiones iniciales para quedar con él y demás, las hice a través del teléfono fijo de la oficina y no con el móvil, porque a estas alturas lo habría reventado contra la pared (al móvil)… deja mensajes en el contestador, llama pretendiendo dictar escritos presentados al defensor del pueblo, quiere venir a traerme más papeles a la oficina… uf, uf… como dice mi compañero, al que engañé para que me acompañase a la nada a visitar a este señor (sola ni loca, no fuera a ser que nunca jamás se supiera de mí), está muy solo y se aburre… de hecho, en la visita, que ya supuse larga, batió el record y estuvimos casi tres horas aguantando un monólogo en el que solamente se oía su discurso y cualquier cosa que se saliese de él, le causaba una evidente tensión y un trato extrañísimo para con nosotros… encontramos su punto débil rápidamente, en cuanto mencionó a su madre, se encerró en el baño y nos dejó allí plantados, entre soldaditos de plomo, banderas, insignias militares, recuerdos religiosos, cartelería de un partido político, diplomas y condecoraciones que daban miedito porque seguro que en un cajón tenía un arma cargada…

Regresamos, aparte sin huellas dactilares por coger un ardiente volante en un coche a 51ºC, con un fajo de documentos variados tanto del asunto como de otros según él, relacionados, y hasta un pendrive con videos, fotos, informes… entre las fotos, las de su madre, que según él, vivió menos por la tremenda tristeza que le ocasionaron los hechos que denuncia, fotos de inodoros con tremendos mojones, fotos de su niño, de la bandera de España, de gente bañándose, de tumbas de un cementerio de un pueblo cercano… vamos, vamos, vamos… gore a tope… y obviamente que nada tienen que ver con el hecho que denuncia… que para colmo, no es competencia nuestra, pero, con los políticos y sus frases del tipo “no te preocupes esto lo arreglo yo” hemos topado.

Creo que las fotos de las cacas en los váteres se me aparecerán en alguna pesadilla… Mientras, mis informes por sus denuncias ya están hechos y mandados, si bien, supongo que nos dará la brasa durante los próximos meses… por si acaso, he hecho que se apunten el nombre del tipo y que nadie, nadie, ose en darle el número del móvil… aunque, cualquier día de estos, se le ocurre venir de excursión cuando vaya al super a por víveres… espero que ese día no me pille por el despacho porque soy capaz de esconderme debajo de la mesa o camuflarme con la peluca de tirabuzones que tengo por el despacho de un carnaval de hace mil años- monísima con sus largos bucles rubios y su lazo rosa…

De todas formas, deber sentirse fatal cuando todo el mundo le da largas a sus quejas, porque a pesar de estar chalado, supongo que tendrá su corazoncito… pero yo, hoy, no… y mañana tampoco…

1 comentario:

  1. Teniendo en cuenta las bajadas de sueldo que estamos teniendo yo que tú me planteaba hacerte unas tarjetitas de visita de sicóloga-escuchadora-espantadora de males e ir soltándola como quien no quiere la cosa cuando vengan a darte la vara a aquellos que van a darte la vara por no tener nada mejor que hacer.

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