martes, 9 de agosto de 2011

De cuenta atrás: 4

Me quedan cuatro días para que el despertador deje de sonar a las siete menos diez de la mañana. Me quedan cuatro días custodiando el boli azul para las inspecciones (volvemos a ir escasos de material porque el del trimestre pasado no lo enviaron). Me quedan cuatro días de pasar el aspirador y barrer los pelos que esparce el chucho (es mentira que los perros de pelo corto sueltan menos pelo).

Parece que los días previos a las vacaciones voy dejando rastro allá por donde voy… No es algo buscado ni pensado pero parece que la programación de inspecciones ha decidido que esta semana me iba a despedir a lo grande. Acta aquí, acta allá, relájate, relájate (entonando como la canción viejuna de Mecano)

Como siempre no voy a entrar en elucubraciones de si esto puede dar lugar a crecimiento de tal o así se puede propagar cual teniendo en cuenta la actividad de agua o el pH y la fecha de caducidad establecida… Aquí, a lo práctico y fundamental….

Hotel con salones de banquetes, cafetería y comedor… no hablo de un sitio pequeño ni mucho menos… en la cocina unos patines irían de lujo para moverse de un sitio a otro. Con semejante espacio y trajín, ensaladas, repostería, manipulación variada se hacía donde bien venía… principalmente en una mesa enorme al calorcito de los fogones que usaban también para el emplatado. La norma de la Comunidad Autónoma considera que estos establecimientos deberían disponer de un cuarto frío en el que realizar ciertas manipulaciones sobre alimentos frescos como vegetales e ingredientes no cocinados de manera que no les afecte el calor de la cocina ni supongan a su vez una fuente de contaminación cruzada entre lo cocinado y lo no cocinado. Digo deberían tener, porque lo dejan como siempre con la expresión “en caso necesario”.

Obviamente en un establecimiento como este en el que pueden darse dos bodas, una comunión y tener el comedor de diario a tope al mismo tiempo, tanto cocineros como gerente del hotel y el encargado de cocina consideraron que era necesario… otra cosa es lo que les pareciera a los dueños del hotel.

Tras dimes y diretes (uf, jamás pensé usar esta expresión) hicieron un cuarto con unas dimensiones aceptables, un aparato de frío bien dimensionado… hasta ilusionada estaba… pero como siempre, se empiezan las cosas y no se acaban… ¿Qué se consideraría imprescindible en un cuarto frío? Un aparato de aire, un, dos, tres, responda otra vez…

Supongo que además del aparato de frío habréis pensado en mesas, cuchillos, cubo de residuos, perchas para los platos… y espero que un punto de agua… Pues sí, no han puesto un punto de agua, ni pila ni fregadero ni nada de nada… según el dueño del hotel, para qué, si saliendo y cruzando diez metros de cocina hay una fregadera… Muy práctico, ¿verdad?

Entonces, ¿se llevan la lechuga para lavarla y desinfectarla al tren de lavado? ¿La regresan al cuarto en las manos o en un recipiente? (Porque en este punto de conversación ya cualquier cosa cabe en mi imaginación). Y si están troceando pescado, ¿salen con el pescado o sus trozos y los lavan y los vuelven a pasear? Claro, no me extraña que el suelo esté pringoso y las puertas batientes tengan ese brillo grasoso donde apoyan la mano para empujar.

Pues erre que erre, que no, que no lo pone, a pesar de que las tomas las puso el fontanero (loado sea)… Le dije que a la siguiente inspección levantaría acta… cuatro meses de margen desde la última creo que es un plazo más que razonable para poner un fregadero… que no estoy pidiendo el último grito en pilas industriales, que me conformo con algo normalito…

Ya me gustaría a mí una cocina cibernética pero para eso ya me pondré a jugar a los Sims o recurriré a San Google…

No quiero una sanción (y con estos nuevos jefes ya sé que corre el riesgo de acabar el acta en una trituradora de papel) lo que quiero es que pongan la dichosa fregadera.

Cuatro días, quedan cuatro días… oooooommmmmmhhhhhhhhhhhhhh

No hay comentarios:

Publicar un comentario