jueves, 9 de junio de 2011

Día soleado- moscas a porrillo

A este paso, casi prefiero los días de tormenta… voy a la embaladora de huevos y el trayecto desde el aparcamiento hasta la industria hay que ir con la boca cerradita y con gafas ya que pasas junto a las naves de gallinas y claro, las moscas se chocan contra ti. Bajar y subir al coche tiene que se batiendo records: carpeta y nevera entran a la vez que tú y la bata la tiras por donde puedes hacia el asiento de atrás. Si eres rápido solamente se te habrán colado 8-10 moscas… Luego es cuestión de bajar las ventanillas por la carretera y tratar que las moscas surferas abandonen el coche.

Vas a un bar con su terracita puesta y chof, moscas por doquier. No hay cosa que me dé más asco que ver pasearse a las moscas por las tazas y vasos supuestamente limpios. Es que entran, me dice el muchacho que acaba de coger el traspaso del minibar (que eso es un minibar por más que le haya puesto plancha y fogones, vamos, que mi bañera es más grande). Ya, ¿cómo no van a entrar si está todo abierto de par en par y tienes todo lleno de miguitas, comida, cascos vacíos de pepsi y demás? Las estás llamando a gritos.

Nada, que empieza mi lucha antimoscaril que seguirá hasta septiembre… Casi que desearía que cayese una tormentita… para variar, como llevamos las tres últimas semanas… tanto sol y calorcito no están hechos para mí… Soy más de Invernalia…

2 comentarios:

  1. ajajaj, me he visto reflejada con eso de la bata, la nevera, la carpeta y, con todo eso en la mano, rebuscar en el bolso para sacar la llave del coche.

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  2. Toda una Stark pero el problema es: The summer is coming... prefiero el invierno

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