martes, 29 de marzo de 2011

¿Dos tontos muy tontos?

OOOOOOOOOOOOOMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMM

OOOOOOOOOOOOOOOOOOMMMMMMMMMMMMMMMM

OOOOOOOOOOMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMM

Me parece que la clase de yoga me va a venir estupenda… ya si me ponen a hacer el mantra este del OM termina siendo mi día completo (sigo sin creerme lo de las luces hacia mi interior y el desconectar la mente dando calor a mis pies… para mi el yoga es una excusa para seguir manteniendo la flexibilidad de mis años de ballet y respirar usando los pulmones a fondo).

Hoy ha sido uno de los días más surrealistas que recuerdo de los últimos años… tan raro, tan raro, que es imposible de contar sin gesticular, darse de cabezazos contra la mesa, flipar y quedarse con la boca abierta… ´

Sigo sin saber si había una cámara oculta, si era una broma o si de verdad son dos tontos muy tontos que se creen listos o dos listos que se hacen los tontos… si es lo último, ole que actorazos.

Casi se parecían a los de la foto… total, para resumir la historia y que no quede esto tan flojo, el cuento quedaría algo así:

"”Érase una vez dos amigos carpinteros que se vieron con el agua al cuello… ¿qué hacemos? ¿cómo saldremos de ésta?… Y pensaron y pensaron, cavilaron y cavilaron y tras mucho estrujarse la materia gris, llegaron a la conclusión de usar las furgonetas de las carpinterías para trasladar alimentos… Dicho y hecho, sin limpiar el serrín de sus vehículos ni decir nada a nadie, se pusieron a cargar y descargar alimentos a placer.

Eso sí, como eran tan amigos, se pasaban la furgoneta de uno a otro mientras la otra furgoneta estaba en el taller… como buenos amigos, usaban el nombre de una industria de otra provincia para no tener que darse de alta en ningún lado… por si acaso, usaban el nombre de una mujer con domicilio a 250 Km como cliente final de todos sus alimentos.

Pero como las furgonas se estropean, bien vale un maletero y el asiento trasero de un coche particular para continuar el negocio… claro está que el show debe continuar como sea…

Pero un día los mequetrefes de sanidad aparecieron en sus fortalezas. La jefa de los mequetrefes sacó su peligroso boli bic y su impreso amarillo y los atosigó a preguntas y preguntas. Se resistieron, presentaron batalla y hasta apareció una heroína que intentó acallar a los mequetrefes preparándoles unas bolsas con ricas viandas para intentar parar el combate, pero los otros, vengativos y rencorosos le dijeron que no.

- Noooo- gritaban los carpinteros- no estamos haciéndolo mal… somos muy legales porque no sabíamos que teníamos que pedir permiso a los mequetrefes. Nosotros somos muy legales… somos los más legales que hay en el mundo mundial…

- Ya, legalmente clandestinos- le dijo uno de los mequetrefes y blandiendo su boli bic se dedicó a escribir y escribir todas las contradicciones que los carpinteros contaban…

Y como en los cuentos de elige tu propia aventura, haz tu elección:

a) si quieres que los carpinteros se salven, pasa a la página 7

b) si quieres que la lucha continúe hasta que solamente quede uno, pasa a la página 1234567654321

No queráis saber cómo estaba la furgona… al menos la que hemos conseguido ver tras tres horas de absurdeces que ni el mejor guionista de 7 vidas hubiera sido capaz de escribir en 40 años.

Ni idea de cómo acabará la historia, aunque todos los tontos siempre tienen una suerte del carallo.

2 comentarios:

  1. De final de cuento me pido que, en medio de la batalla, la mirada de un carpintero se cruce con la de un mequetrefe, suene música de violines y brote el amor (y yo la madrina de boda).

    Muy buena la entrada, me reí muchísimo.

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  2. No sé qué pensaría La Rubia de todo esto pero seguro que me tocaría ir a hacer inspección al banquete... aunque claro, recabaría la colaboración de la madrina... y de verdad, antes beso a una rana

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