martes, 9 de noviembre de 2010

Con mal pie

Estamos la plantilla en cuadro, entre unos de curso, otros de permisos familiares, gastroenteritis, accidente de coche (sin complicaciones salvo un coche como un acordeón), esta mañana estábamos la friolera de un veterinario en las periferias, dos farmas y yo. Faltaba un sustituto que está a lo largo de toda la semana que ha aparecido una hora más tarde que el resto (he querido achacarlo a la tempestad que nos invade y a lo lejos que está esto de todas partes)… pero ha empezado fatal.

No puedes llegar a un despacho como Pedro por su casa (con todos mis respetos a la mayoría de los Pedros, Picapiedra incluido) y preguntar a bocajarro nada más presenta a alguien: Tú eres veterinaria o farmacéutica? ¿Yo? Farmacéutica. Y contestar, Ah, vale y no dirigirle ni una palabra más. Acto seguido, tras presentarle a otro compañero volver a lo mismo: ¿Y tú qué? ¿Cómo que yo qué? Que si eres veterinario o farmacéutico. Ah, farma. Y no hablarle más.

Después ha preguntado que quién faltaba y yo le he contestado que cuatro compañeros. No he creído oportuno tener que diferenciar entre vete, farma o auxiliar. No sé qué diablos le habrán hecho los boticarios en su infancia pero me ha parecido una falta de respecto total no hablarles más y para colmo refitolear por todo el despacho. (Refitolear, uno de mis palabros preferidos)… Joer si hasta ha abierto la nevera de las tomas de muestras y abierto una carta que no iba dirigida a él (que ni yo, que me tocaba registrar la correspondencia he considerado oportuno abrir porque va a nombre de una compañera y venía directamente de asuntos económicos).

Lo único que después ha preguntado ha sido por el coche, para poner mala cara porque el coche que le toca conducir es el más anciano (oye, que el coche que llevo habitualmente se lo han llevado al curso y yo no protesto, al revés, prefiero que vayan con el que llevo yo, que al menos sé que de aceite y presión de ruedas va bien porque está controlado)

Eso sí, a nuestra auxiliar le han regalado manzanas y él, refitoleando, las ha encontrado y ha cogido una sin decírselo a nadie ¿Y si era la compra de alguno? (Hombre, una manzana no se la vamos a negar, pero son las formas)

No sé, espero que sea el mal día que lo ha enfurruñado pero no me ha molado nada… y menos a los boticas que flipaban por lo desagradable que ha sido. A lo mejor es de esos veterinarios que no pueden ver a un farma ni en pintura porque siguen pensando que les quita curro… si es así, que tristeza perder la oportunidad de conocer a los del despacho porque son tipos estupendos. Allá él. Él se lo pierde.

2 comentarios:

  1. Odio a estos personajes, pero como no le paréis los pies pronto al final te quita el despacho... saca tu alter ego y ponle en su sitio.

    Falta la foto con el rostro del tipo pixelizado, jejeje

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  2. Puedo resultar desagradáblemente altiva y ejercer de jefa tocapelotas sacando faltas de cualquier inspección... si es que me tenía que haber dedicado al teatro... pero se lo merece, que hoy no ha saludado a nadie más que un triste hola de carrerilla por pasillo a mi puerta del despacho

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